Eterno resplandor (de todos mis recuerdos)





A Laura

Si pudieras quedarte... si no estuvieras tan lejos. Si hubiera podido verte, hablarte.
Por fin tu espíritu alegre se liberó de esas cadenas que nos sorprendieron al atraparte. Y yo no estuve ahí, para hacerte compañía en tu cárcel de dolor. Para devolverte todo ese amor que cada día brindabas a aquellos que más lo necesitaban, con ese tintín que tenía tu presencia.

Conocerte me hacía intentar ser una mejor persona. Me enseñaste lo hermoso que es darse a los demás, sin esperar nada a cambio, algo que está bastante en desuso, incluso entre los que dicen quererse. Y no sólo te brindabas a los demás. Tu alegría, compasión y generosidad no conocían límites y son muchos cuyas vidas tocaste con esa magia que desprendías.

Ahora tu recuerdo no me permite olvidar la promesa que te hice. Seguir con tu trabajo, tu misión. Ojalá desde dónde estés, puedas iluminarme el camino. Dejarme ser sólo la mitad de lo que representabas para todos nosotros.

Te extraño. Y aunque te despediste de mí, fue tan etéreo como un sueño. Cómo me hubiera gustado abrazarte y asegurarte que todo iba a estar bien. Que siempre ibas a estar conmigo, de la forma en que este universo quisiera, con sus misteriosos trazados...

Quién me dirá "hola, mi chiquita!!" con tanta alegría que yo sentía que en tu sonrisa habitaba el sol, aún en mis días más tormentosos? Quién me impulsará a seguir adelante, a pesar de cualquier obstáculo, siempre con la promesa de un café reconfortante?

La avenida también va a extrañarte, junto a todos aquellos madrugadores que cada día podían verte pasar, preguntándose de dónde salía tanta energía. Esa que te caracterizaba. Esa que te hacía incansable y la que repartías a todos los que te conocíamos.

El ascensor ya no será lo mismo. Sé que en el reflejo de sus espejos siempre quedarán nuestras charlas de tres pisos, que nos servían para ponernos al día cuando las obligaciones no dejaban que compartamos más que esa distancia. Una distancia que hoy mido en complicidades compartidas. Hace un tiempo me decías que cada vez nos quedábamos más solas. Y sí... ahora me he quedado sola en este cúmulo de ladrillos.

Te extraño. Mucho. Intento alegrarme en tu libertad. Porque el dolor te ha dejado, porque no ha podido retenerte para sí. Pero a veces me duele más el corazón en tu ausencia. Y sé que no sólo te extraño yo. Has dejado un vacío muy difícil de llenar para todos los que te sabíamos indispensable.

Donde quiera que estés, estoy pensado en vos. Y te pido que des dos de tus cariñosos besos a esos que me esperan, para reencontrarnos algún día y a los que extraño también con locura.

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