Historias de dos bares (o de cómo todo es cuestión de perspectiva)
Reloj De Plastilina by Charly García on Grooveshark Esa fue la reflexión de domingo y que me hizo lagrimearle un poco la mesa a la dueña del bar en cuestión. Y lo sentía aplicable a varios aspectos de mi vida. Empezaba por el más obvio y reciente que era el de una nueva separación. Uno suele verse a sí mismo como un buen partido. Yo soy medio neurótica, bastante dominante y muy despelotada. Pero lo compenso con ser mimosa hasta el hartazgo, adaptable y tolerante a las neurosis y gustos ajenos. Y el mayor de mi defectos: ser estúpidamente malcriadora del otro. Creía que no era tan mal pack después de todo y que podría construir una relación, una familia, un hogar... Y aquí estoy, al final de mi segundo matrimonio, desburrándome con que no es suficiente. Ni por cerca. Una cree que va yendo a desayunar a El Cadillal... Y termina en un baretito trosko donde no encontré quién atienda. (Aclaro que la metáfora se refiere a la soledad y a que las relaciones no hayan funcionado. No